La gradilla es un accesorio de laboratorio que sirve para dar soporte a tubos de ensayo o tubos de muestras. Su principal utilidad es la de sostener y almacenar estos tubos de forma vertical, y el material del que está hecha puede ser madera, plástico o un metal que no se vaya a oxidar, como el acero inoxidable.
La gradilla, en su forma tradicional, es una estructura de alambres delgados en dos niveles. El nivel inferior tiene una cuadrícula de ancho estándar (en el que pueden caber todos los grosores de tubos), y una superficie de soporte para que los tubos reposen. En el nivel superior se tiene sólo una cuadrícula cuyos espacios coinciden con los de la inferior, que sirve para dirigir los tubos.
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Usos de la gradilla:
La gradilla es un utensilio indispensable para los laboratorios que manejan muchos tubos de ensayo o tubos de muestras, y que necesitan mantenerlos ordenados para seguir trabajando. Las áreas de trabajo donde se emplean más seguido son:
- Laboratorios de análisis clínicos
- Laboratorios de análisis industriales
- Laboratorios escolares
La gradilla sirve para:
- Sostener los tubos de ensayo o de muestras
- Almacenar los tubos de ensayo o de muestras
- Ordenar los tubos de ensayo o de muestras
- Poner a refrigerar los tubos de muestras
La gradilla en laboratorios clínicos
Las gradillas utilizadas en laboratorios clínicos deben ser de un material que no vaya potencialmente a contaminar las muestras, como plástico o alambre recubierto de plástico. Las gradillas cumplen funciones primordiales en estas áreas de trabajo, que pueden operar dentro de hospitales o como laboratorios independientes.
La primera función de la gradilla aquí es la de mantener los tubos de muestras ordenados. Los analistas etiquetan cada tubo con los datos del paciente y el tipo de muestra que contiene, y lo colocan junto a otros de pacientes diferentes, respetando el orden en el que van a trabajar en ellas. Esto ayuda a que no se acumulen los análisis más antiguos y se tenga una continuidad.
La segunda función de la gradilla en un laboratorio clínico es la de sostener los tubos de muestras para ponerlos a refrigerar. Ya bien etiquetados y ordenados, se pone la gradilla con los tubos dentro del refrigerador, para evitar ya sea que se vaya descomponiendo la muestra o que no se obtengan resultados confiables en el análisis.
La gradilla en laboratorios industriales
En los laboratorios industriales, la gradilla puede ser de un material que no se vaya a corroer, como el acero inoxidable. En estos lugares de trabajo, se manejan sustancias como los ácidos y las bases, que pueden llegar a dañarla, por lo que lo más recomendable es este metal. Es un ambiente que sí requiere precisión en sus labores, pero no es tan riguroso como el laboratorio clínico.
La gradilla se encarga de sostener los tubos de muestra, que también se etiquetan con la siguiente información:
- El nombre del cliente
- El tipo de muestra
- El proceso del que fue extraída
- La técnica de análisis que se va a ejecutar
La gradilla permite que los tubos se mantengan ordenados según la carga de trabajo, para que el trabajo más antiguo vaya saliendo. De este modo se evita una acumulación de muestras sin analizar. Esto es para el caso de muestras liquidas. Si esta lleva algún componente sólido, dependiendo del análisis se va a filtrar, centrifugar o agitar.
La gradilla en laboratorios escolares
En los laboratorios escolares, para nivel de educación media superior y grados menores, las gradillas que se utilizan son de madera, ya que es un material económico y no se utilizan sustancias peligrosas en estos sitios. Los tubos de ensayo se utilizan en estas prácticas, más que todo, para observar cómo se comportan las especies químicas en una reacción inofensiva.
Aquí, la gradilla permite sostener los tubos de ensayo que ya se hayan utilizado, para seguir llevando a cabo más experimentos en lo que concluye la clase, y al final lavar todos juntos los que se hayan involucrado en la práctica.
Siempre se recomienda lavar muy bien el material de vidrio, y con mucho cuidado. Este se lleva de vuelta a la gradilla, que a veces puede estar diseñada con pequeños pilares de madera, para dejar secando los tubos invertidos, sostenidos en ellos.
