La estética es una rama de la filosofía que se basa en la belleza y la realidad física de las cosas y circunstancias. Determina la diversidad de criterios y perspectivas para asumir que algo o alguien tiene belleza.
Desde sus orígenes, la estética hace énfasis en encontrar la armonía de lo existente con el todo, siempre como parte de la filosofía, nutriéndose de ella para formularse las preguntas que la enriquecen.
Es indispensable en diferentes ámbitos, como la moda, la arquitectura, el arte, la artesanía, y es utilizada por sus practicantes: los diseñadores, los arquitectos, los artistas y artesanos.
La palabra “estética” es también empleada para referirse a un salón de belleza, al que la gente recurre para hacerse cortes de cabello y aplicarse tintes y maquillaje. Al asistir a esos lugares se persigue conseguir como resultado tener una mejor apariencia física: una mayor belleza.
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¿Para qué sirve la estética?
En términos de la filosofía, la estética es un aspecto que concientiza sobre la realidad y nuestra percepción de la misma como armónica. En la estética se añade la búsqueda del bienestar al ser testigo de algo. Se define que cada persona puede definir ese bienestar bajo un criterio propio, por lo que, finalmente, la belleza tiene infinidad de conceptos.
Se ha asumido que la estética forma parte de la psique humana, dado que hay muchas similitudes de percepción entre culturas que son extremadamente distantes y cuyo contacto es complicado. Se trata, según se entiende, de algo natural en el ser humano, una manera de percepción.
La estética se utiliza para:
- Encontrar y proyectar la belleza en el arte
- Diseñar y crear construcciones majestuosas
- En mercadotecnia para vender un producto
- Indicar qué apariencia física es mejor para una persona
- En la religión, para concientizar sobre lo bueno y lo malo
- Saber en qué lugar acomodar los muebles en una casa
Encontrar la belleza en el arte
Los artistas griegos se inclinaron mucho por la búsqueda de la belleza, y de la perfección como una belleza absoluta, y es por ello que sus esculturas trataban de proyectar y representar la perfección en la humanidad.
En las etapas de desarrollo artístico de la humanidad, como el Renacimiento, el Barroco y la Edad Media, los criterios de la belleza eran diferentes. En un momento, la riqueza de detalles podía causar más impacto; en otro, el uso de determinados colores o técnicas daba mayor bienestar y una sensación de armonía.
En mercadotecnia para vender un producto
La intención que tienen las empresas es vender su producto, por lo que su obligación es dar a entender a los clientes que este les va a dar el bienestar que se requiere, y que va a satisfacer sus necesidades.
En la publicidad se describe de manera breve el beneficio que va a traer el producto para el cliente. Se recurre en gran medida a la estética, para comunicar esto con mayor eficacia, en menos tiempo y con un gran mensaje.
Ese gran mensaje, plasmado en el anuncio del producto, recurre al lenguaje, al color y a la psicología, todos mezclados en un fuerte contenido estético.
Indicar qué apariencia física es mejor
La estética se ha aplicado a lo largo de la historia para definir qué atributos y formas de vestir causan un impacto positivo a la vista. Es por ello que las personas buscan siempre imitar un estándar, es decir, una forma de lucir establecida.
Todo depende mucho de la época, e incluso de la década en que se esté viviendo. Por ejemplo, para las mujeres en los años 60, se ponía énfasis en arreglar el cabello de manera que luciera voluminoso, casi esférico, con un copete curvo y pronunciado. En la actualidad, con una cola de caballo es suficiente, complementando este peinado con un buen “outfit”, que es el conjunto de prendas que se usarán para completar la apariencia.
Para crear construcciones majestuosas
La estética también sirve para ser aplicada en una construcción, tal y como sucede con las casas, las habitaciones y los edificios de instituciones importantes, como el de un banco o el de un hospital privado.
En la antigua Grecia también fue usado este criterio: los diseños de sus templos, como el de Zeus y el de Atenea, llevaban numerosos pilares de mármol, de apariencia majestuosa, y pisos del mismo material, lustrosos y firmes. Se complementaban con esculturas que magnificaban ese esfuerzo estético.
Se ha tratado siempre de evitar las casas y habitaciones desordenadas y en ruinas, que no son gratas a la vista, es decir, no provocan ese bienestar buscado en la estética.
En la religión
La estética ha servido en la religión como agente de concientización sobre lo bueno y lo malo, pues el concepto de Satanás, también llamado Diablo o ángel caído, suele asociarse con un rostro mal formado, deplorable y cuya imagen resulta repulsiva.
Los rostros de aquellos que han obrado bien en la vida han sido caracterizados con rostros agradables, y por lo general de acuerdo con la belleza establecida culturalmente.
En la religión, la estética tiene un fuerte vínculo con la ética: quien hace el bien, es bello; quien practica el mal, es condenado con la fealdad.
Para acomodar los muebles en una casa
En corrientes como el Minimalismo, por ejemplo, la estética está basada en la optimización de espacios y en la apariencia relajante que tiene el acomodo de los muebles.
En un hogar minimalista, los muebles están acomodados de manera que queda un buen espacio libre para transitar y el impacto a la vista es incluso relajante, dando la sensación de abertura, de relajación. No hay tantos detalles, como numerosos floreros o libreros atiborrados. Sólo se deja lo indispensable al alcance para que haya un ambiente despejado.
